Los ciclos económicos han estado siempre presentes en medio del diario transcurrir de los negocios. Incluso en ocasiones, son utilizados por analistas de los mercados bursátiles, quienes diariamente hacen seguimiento de los precios de las acciones, con el propósito de inferir sobre su tendencia futura, y poder de esta manera, tomar decisiones más certeras sobre el momento ideal de vender o comprar.
La actual crisis económica mundial presentó un factor detonante, la quiebra del sistema financiero norteamericano durante la etapa final de la administración Bush. Llegó luego la época electoral, las cuales siempre, por obvias razones, incrementan los niveles de riesgo en cualquier economía, profundizándose de esta manera más la crisis.
Surgió entonces un presidente que partió en dos la historia política de USA, y quien solo hasta hace un par de días logró consolidar un verdadero y agresivo plan de rescate financiero, el cual se fundamenta en dos pilares básicos. El primero es volver nuevamente viables a los bancos que están a punto de colapsar, por medio de la inyección de dinero, proveniente del gobierno y del sector privado, para volver líquidos activos que ahora son innegociables. De esta manera se logra oxigenar el flujo de caja del sistema financiero. El segundo pilar es la presentación de un ambicioso plan presupuestal, con altas inversiones en salud, educación y energía, lo cual generará nuevas fuentes de empleo, las cuales a su vez se encargarán de jalonar la demanda, mejorando la confianza inversionista y reactivando finalmente la economía.
En este orden de ideas, todo parece indicar que durante este año, la crisis económica llegará a su punto de inflexión. Esto quiere decir que muy seguramente el 2009 será el año en el cual el ciclo desacelaratorio tocará fondo, para dar inicio a una nueva tendencia de reactivación y crecimiento económico, a partir de principios o mediados del 2010.
En épocas de crisis los gobiernos son pieza fundamental dentro del esquema de reactivación económico, por lo tanto es fundamental que el gobierno colombiano aborte la idea de nuevas reformas tributarias, como lo mencionó recientemente. Es mucho más sensato que piense en mayor austeridad del gasto público, en dar inicio a obras de infraestructura, y en realizar una mayor inversión social en educación, la cual es una variable clave para el desarrollo económico.
Hermann Stangl
Consultor Financiero
www.stangl.com.co
La actual crisis económica mundial presentó un factor detonante, la quiebra del sistema financiero norteamericano durante la etapa final de la administración Bush. Llegó luego la época electoral, las cuales siempre, por obvias razones, incrementan los niveles de riesgo en cualquier economía, profundizándose de esta manera más la crisis.
Surgió entonces un presidente que partió en dos la historia política de USA, y quien solo hasta hace un par de días logró consolidar un verdadero y agresivo plan de rescate financiero, el cual se fundamenta en dos pilares básicos. El primero es volver nuevamente viables a los bancos que están a punto de colapsar, por medio de la inyección de dinero, proveniente del gobierno y del sector privado, para volver líquidos activos que ahora son innegociables. De esta manera se logra oxigenar el flujo de caja del sistema financiero. El segundo pilar es la presentación de un ambicioso plan presupuestal, con altas inversiones en salud, educación y energía, lo cual generará nuevas fuentes de empleo, las cuales a su vez se encargarán de jalonar la demanda, mejorando la confianza inversionista y reactivando finalmente la economía.
En este orden de ideas, todo parece indicar que durante este año, la crisis económica llegará a su punto de inflexión. Esto quiere decir que muy seguramente el 2009 será el año en el cual el ciclo desacelaratorio tocará fondo, para dar inicio a una nueva tendencia de reactivación y crecimiento económico, a partir de principios o mediados del 2010.
En épocas de crisis los gobiernos son pieza fundamental dentro del esquema de reactivación económico, por lo tanto es fundamental que el gobierno colombiano aborte la idea de nuevas reformas tributarias, como lo mencionó recientemente. Es mucho más sensato que piense en mayor austeridad del gasto público, en dar inicio a obras de infraestructura, y en realizar una mayor inversión social en educación, la cual es una variable clave para el desarrollo económico.
Hermann Stangl
Consultor Financiero
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