martes, 22 de abril de 2008

Responsabilidad Empresarial

Una reciente declaración del director del FMI, autoridad mundial en temas económicos, habla sobre la posibilidad de graves conflictos sociales y de un probable padecimiento de física hambre de un número mucho mayor de personas y niños, como consecuencia del incremento de los precios de los alimentos a nivel mundial. Desafortunadamente gran parte de las actuales noticias están relacionadas con guerras, violencia, crisis, terrorismo, corrupción y narcotráfico.

La pregunta que debemos hacernos los empresarios es la siguiente: ¿Qué podemos hacer para ayudar a subsanar esta situación y poder ofrecer mejores condiciones a nuestras siguientes generaciones? La respuesta es sencilla, debemos adoptar una mentalidad de largo plazo y comprometernos con una verdadera responsabilidad empresarial, la cual no se aparta en lo absoluto del propósito de generación de valor que da origen a los negocios.
Los resultados económicos de las empresas son fruto de una compleja serie de relaciones con los clientes, los proveedores, el estado, los colaboradores, el medio ambiente y la comunidad en general. Por lo tanto debemos de trabajar en desarrollar estrategias de generación de valor sostenibles que brinden beneficios reales a todos los actores involucrados en el proceso empresarial. No podemos pretender maximizar la rentabilidad a cualquier costo y sin tener en cuenta los perjuicios que se puedan ocasionar. Un ejemplo sencillo sucede a diario con el abuso en la dilatación del tiempo de pago a los proveedores por parte de muchas empresas, sin tener en cuenta que los perjuicios financieros que ocasionan a sus proveedores se les pueden revertir mas adelante en falta de calidad u oportunidad en la entrega de los insumos que requieren.
Este cambio de mentalidad debe surgir del interior de cada empresario, ya que soy un convencido de que la cultura de cada organización es consecuencia directa de los principios y valores de sus propietarios. Rescatemos los valores, convirtámoslos en el norte de todos nuestros actos, hagamos empresa con responsabilidad, tengamos fe en nuestro país y en nuestra gente, pero comprometámonos con nuestra cuota para lograrlo.
Rechacemos la corrupción y el deseo inmensurable de riqueza y de poder a cualquier costo. Si actuáramos con verdadero sentido de responsabilidad y solidaridad en todos los aspectos de nuestras vidas y de nuestras empresas, no estarían en estos momentos surgiendo crisis y guerras en el mundo.

Hermann Stangl
Consultor Financiero
hstangl@gerencialatina.com

viernes, 11 de abril de 2008

Lecciones para el futuro

Realmente no me sorprendió la noticia de congelar indefinidamente el proyecto del TLC con Colombia por parte del congreso de los EEUU, lo que quizás me llamó la atención fue la rapidez en la toma de esta decisión, pero en el fondo me parece mejor que se hubiera dado de esta manera, a prolongar una expectativa de algo que lo más probable no se fuera a concretar. Así los empresarios colombianos sabemos a que atenernos y podemos tomar acciones inmediatas.

Soy un convencido de las bondades que para la economía de nuestro país tiene un TLC con los EEUU, pero recordemos un conocido refrán: “no hay mal que por bien no venga”. En estos momentos hay una incontrolable caída del precio del dólar, la divisa norteamericana se cotizó en los últimos días por debajo de los $1.800, situación motivada por el incremento del precio del petróleo y por el diferencial existente entre las tasas de interés de las dos naciones. Un TLC es favorable para un país en la medida en que éste pueda aumentar la colocación de productos en el exterior, y con un dólar tan deprimido como el actual, esta tarea no sería ahora nada fácil para los empresarios colombianos.
Es cierto que las exportaciones son motor clave para el desarrollo, ya que cuando las empresas logran exportar y así vender más, necesariamente van a requerir mayor mano de obra y el desempleo tiende a disminuir, trayendo consigo infinidad de beneficios económicos y sociales. Pero también es cierto que la actual revaluación del peso beneficia las importaciones y perjudica las exportaciones.
Por otro lado, las condiciones de tasas de interés domésticas no son ahora las mejores, lo cual se convierte en una dificultad para que los empresarios apalanquen bajo condiciones crediticias favorables proyectos encaminados a aumentar sus exportaciones.
Y por último, antes de pensar en un TLC, tenemos que pensar en convertirnos en un país transformador de materias primas, ya que en el proceso de la transformación de los insumos es donde se requiere mano de obra y donde mayor valor agregado se genera para los empresarios y para el país. Lo ideal es generar valor en Colombia, para el beneficio nuestro, y no exportar la materia prima y que el valor agregado lo generen en otros países.
Hermann Stangl
Consultor Financiero
hstangl@gerencialatina.com

sábado, 5 de abril de 2008

Efecto Dominó

Tímidamente se ha hablado de un posible “efecto dominó” sobre la economía colombiana, proveniente de la actual coyuntura que vive los Estados Unidos. Nuestras cifras y buen comportamiento económico de los primeros meses del 2008, me había mantenido escéptico frente a la probabilidad de que ocurra el efecto antes mencionado. Pero conocidas las recientes declaraciones de Ben Bernanke, actual presidente de la FED, ante el congreso norteamericano, en las cuales alberga la posibilidad de una recesión, mi percepción sobre la continuidad de la tendencia positiva del desarrollo de la economía colombiana cambió. El señor Bernanke comentó que el PIB no va a crecer significativamente y que incluso podría bajar levemente, con lo que se tipificaría el presagio de una recesión del país del norte, al arrojar su economía cifras de crecimiento negativas durante dos trimestres consecutivos. En su intervención, incluso mencionó sobre el incremento del desempleo, lo que reafirma las serias dificultades económicas que afrontan.

No podemos olvidar que USA es motor clave y juega un papel protagónico en el contexto de la economía mundial, además es nuestro socio comercial más importante y en el cual tenemos puestas las esperanzas de un TLC. Por esta sencilla situación me extrañó mucho cuando recientemente los medios dieron a conocer las declaraciones de un alto funcionario del Banco de la República, quien afirmaba que la economía colombiana se encontraba blindada gracias a su alto nivel de actividad comercial internacional y a la creciente demanda del mercado venezolano. Definitivamente no estoy de acuerdo con semejantes declaraciones, ya que si es cierto que nuestras cifras son alentadoras en cuanto a exportaciones se refiere, no podemos olvidar que actualmente el peso se encuentra muy revaluado y los exportadores colombianos no atraviesan precisamente por su mejor momento. Por otro lado no me parece nada prudente confiarnos en el mercado venezolano, ya que Chávez nos ha dado suficientes muestras de que en cualquier momento se le puede ocurrir alguna de sus absurdas ideas y cómo queda entonces esa creciente demanda venezolana?

Es importante que se revise una reducción de las tasas de interés domésticas por parte del Banco de la República, ya que de otra manera, si se declara la recesión norteamericana, ingresarán tantos dólares que se podrá generar un “efecto dominó” sobre la economía colombiana.

Hermann Stangl
Consultor Financiero
hstangl@gerencialatina.com

miércoles, 2 de abril de 2008

Creatividad Empresarial

Los recientes positivos resultados del crecimiento del PIB colombiano, la ahora mas concreta posibilidad de un acuerdo comercial con los Estados Unidos, la fuerte y definitiva desaceleración de la economía norteamericana, que obligó a la FED a bajar sus tasas del 3% al 2,25% generando una fuerte caída del dólar, y las tensiones con Ecuador y Venezuela que están surgiendo nuevamente, como consecuencia de la identidad y de los videos del supuesto ecuatoriano dado de baja junto con Raúl Reyes, obligan a los empresarios colombianos a ser cada vez mas creativos y proactivos.

Una buena estrategia de mercados internacionales debe ser capaz de sortear cualquier imprevisto político, sin comprometer la supervivencia de la empresa, y la mejor manera de hacerlo es “diversificando los mercados” y “generando valores agregados” a los productos y servicios ofrecidos, tanto en calidad, oportunidad y precio.
En un mundo cada vez más globalizado, en el cual se conocen con exactitud las demandas por productos de los diferentes países y en el que además la legislación internacional ha fijado claras normas de intercambio comercial mundial, no existe razón alguna para no aprovechar las oportunidades existentes.
Lo primero que deben hacer las empresas que actualmente tienen vínculos comerciales con Venezuela y Ecuador es documentarse muy bien en la legislación empresarial internacional, tomando las medidas legales necesarias para la protección de sus activos en el extranjero, así como para garantizar la continuidad de sus actividades comerciales y sus responsabilidades con los empleados, accionistas y clientes. No es posible desconocer que estos dos países han sido y seguirán siendo mercados naturales para Colombia por sus similitudes y cercanía, lo que permite identificar mejor las ofertas y demandas, a la vez que utilizar los menores costos de transporte para fijar precios más competitivos. Las cifras de las entidades oficiales y gremiales corroboran la importancia de estos mercados para la economía nacional.
Lo segundo es considerar seriamente la posibilidad de buscar ayuda para iniciar contactos comerciales con otras economías del mundo, como las que se promueven a través del Pacific Basin Economic Council (PBEC) y el Asia-Pacific Economic Cooperation (APEC), entre otras, que no solamente demandan nuestros productos, sino que además, mantienen adecuadas tasas de crecimiento del PIB, inflación controlada, bajos niveles de desempleo y un entorno institucional que facilita el intercambio comercial.

Hermann Stangl
Consultor Financiero
hstangl@gerencialatina.com