miércoles, 27 de agosto de 2008

Crisis y Desalojos.

En días pasados se hizo pública una declaración del ministro Juan Lozano, denunciando la existencia de carteles de traficantes de inmuebles desalojados. Estos delincuentes recurren a prácticas indebidas en algunas instancias de la rama judicial para acelerar los procesos de remate, vulnerando así los derechos de los deudores y lucrándose inescrupulosamente de la desgracia de muchas personas, quienes con enorme ilusión invirtieron los ahorros de toda su vida para cubrir la cuota inicial de una vivienda para su familia y quienes posteriormente por alguna razón, no lograron atender oportunamente las cuotas de sus créditos.

Son desgarradoras las escenas de desalojos, en las cuales se evidencia la tristeza de familias enteras y el horror en las caras de los niños que no entienden la razón por la cual la policía los expulsa de sus casas, sobre lo cual el general Naranjo se comprometió con mayor mesura por parte de la Fuerza Pública.

Es importante señalar que en términos generales, los colombianos siempre se han destacado por una adecuada cultura de pago. Esto quiere decir que cuando se llega a una situación crítica de morosidad con el sector financiero, es porque realmente el deudor está motivado por razones exclusivamente ajenas a su voluntad, en la mayoría de los casos por pérdida de sus empleos o quiebras de sus negocios.

Me preocupa mucho que en estos momentos nuestra economía esta entrando en una fase de desaceleración, la cual en un tiempo cercano será de crisis. Las tasas de interés inexplicablemente continúan incrementándose y las empresas ya comenzaron a racionalizar sus gastos y a despedir personal. Hoy existe un número muy importante de familias que en los últimos años adquirió su vivienda con créditos de largo plazo, los cuales ahora ante la pérdida de sus ingresos, seguramente no podrán cancelar. No creo que se genere una crisis tan profunda como la del UPAC, pero no me cabe ninguna duda de que las escenas tenebrosas de los desalojos comenzarán a aumentar.

Urge buscar de inmediato una fórmula de solución conjunta entre el gobierno, la rama judicial y sobre todo el sector financiero, el cual desafortunadamente se ha caracterizado por su indolencia frente al dolor humano ante este tipo de situaciones a las cuales, repito, se llega por factores ajenos a la voluntad de las personas.

Hermann Stangl
Consultor Financiero
www.gerencialatina.com

lunes, 18 de agosto de 2008

Paro Camionero


Para entender bien el problema del paro camionero, hay que explicar que el negocio del transporte en Colombia es una triada entre tres agentes. En primer lugar están los generadores de la carga o las industrias, quienes deben movilizar sus mercancías y pactan unos fletes con el segundo agente, que son las empresas de transporte, quienes deben proporcionar toda la logística necesaria para el manejo de la carga, entregar unos anticipos a los transportadores y financiar una cartera con la industria. Y en tercer lugar están los camioneros, quienes son los propietarios de los vehículos e interactúan directamente con las empresas de transporte.

Los fletes que paga la industria deben fijarse de acuerdo con unos valores que sean suficientes para cubrir los actuales precios de la canasta de insumos del transporte y un margen de intermediación para la empresa, el cual en la actualidad parece ser insuficiente para cubrir los gastos financieros y de logística. Obviamente debe quedar también un margen de utilidad para el propietario del equipo de transporte, quien en estos momentos dice estar trabajando a pérdida.

La situación es muy compleja, porque debe darse una conciliación que satisfaga las expectativas económicas de los tres agentes involucrados y desafortunadamente el ministerio de transporte está acostumbrado a legislar a la luz de los paros, lo cual por motivo de todas las presiones y las limitaciones de tiempo no es lo más recomendable.

Otro problema serio es que el parque de vehículos de transporte que rueda actualmente por Colombia ha crecido significativamente en los últimos años, gracias al ingreso de importantes recursos económicos que buscan en el transporte una fuente de negocio, y a los beneficios tributarios que venía ofreciendo la figura del leasing. Esto ha incrementado la oferta de transporte y consecuentemente presiona a la disminución de los fletes. Es necesaria mayor intervención del gobierno para reglamentar el ingreso de nuevos vehículos.

Desafortunadamente los más perjudicados de este paro camionero serán los consumidores, quienes gracias al desabastecimiento de alimentos que se está generando, tendrán que pagar mayores precios por los mismos, presionando al alza la inflación de este mes. Ojala que al Banco de la República, no se le ocurra el próximo mes continuar aumentando las tasas de interés para contrarrestar la inflación generada por esta situación netamente coyuntural.

Hermann Stangl
Consultor Financiero
www.gerencialatina.com

lunes, 11 de agosto de 2008

Reenfocar Modelos Gerenciales.

El mundo de los negocios evoluciona mucho más rápido que los modelos gerenciales, pero las empresas continúan dirigiéndose bajo parámetros muy similares de años atrás. El nuevo entorno al que se enfrenta actualmente el mundo empresarial es cada vez más globalizado, competitivo y complejo. El acceso a la información es cada vez más sencillo, los portafolios de productos y servicios a disposición de los clientes son más robustos y con una gama mucha más amplia de opciones en cuanto a calidad, precio, condiciones y valores agregados. Todo esto ha generado como consecuencia que los clientes se vuelvan cada vez más exigentes.

En el caso concreto colombiano, la preocupación por el tema de la revaluación, el incremento de las tasas de interés y la desaceleración económica, obliga a los empresarios a reenfocar sus modelos de gerencia, con el propósito de catalizar y aminorar los efectos de la crisis que se avecina. La mayoría de los empresarios continua actuando como hace muchas décadas atrás, donde no existían los niveles de competencia que tenemos ahora, de forma tal como si en el momento de la venta se terminara la relación con el cliente. Esto quiere decir que realizan grandes esfuerzos en el tema de su estrategia comercial, publicitaria, de precios y en el desarrollo de su producto o servicio, hasta el momento en que éste llega a las manos del cliente, sin preocuparse por lo que suceda después.

Es fundamental que los empresarios busquen acompañamiento para reenfocar sus modelos gerenciales, ya que por ejemplo éstos deben entender, entre otra cantidad de nuevas variables y tendencias, que en el momento de la venta es precisamente donde inicia la relación con el cliente, no donde termina. Por tal razón es que el servicio posventa se ha convertido en la actualidad, en la ventaja competitiva que mayor grado de fidelidad genera por parte de los clientes. Las quejas que éstos puedan presentar, deben convertirse en oportunidades que gratuitamente le brindan a la empresa valiosa información sobre posibles errores que estén cometiendo.

El costo de perder un cliente es inimaginable, si tenemos en cuenta que las estadísticas evidencian que la vida promedio de un cliente satisfecho es de 10 años, y que cada uno de ellos lleva a la empresa en promedio un nuevo cliente por año.


Hermann Stangl
Consultor Financiero
www.gerencialatina.com