Pienso que la mayor lección que tienen que aprender todos los empresarios de esta crisis financiera mundial, es adquirir conciencia de la fragilidad de la economía y del altísimo grado de incertidumbre de los negocios, el cual se puede mitigar de cierta manera llevando a cabo procesos de simulación financiera. Esto quiere decir que el presupuesto debe ser ahora complementado con la visualización de múltiples escenarios futuros, que no solo incluyan diversos aspectos internos de las organizaciones, sino también diferentes condiciones de entorno económico.
Basta establecer en una hoja electrónica unas celdas con una información base que pueda ser modificada de acuerdo con los escenarios que se deseen analizar y sensibilizarlas con todas las demás proyecciones, las cuales deben concluir definitivamente en un Flujo de Caja Proyectado para la empresa y para el inversionista.
Las proyecciones que se deben realizar inician con la información de ingresos entregada por el área comercial, ya que es ella la que conoce el mercado, los clientes y la competencia. En este punto es importante sensibilizar como mínimo los precios, las cantidades, las líneas y la forma en la que se va a realizar la comercialización del producto o servicio. En segunda instancia está el tema de producción o prestación del servicio, el cual estará ligado a los ingresos y en el cual se deben prever no solo las variables tradicionales, como la materia prima, la mano de obra y los costos indirectos de fabricación, sino también, el plan de inversiones. Este puede tener un impacto muy fuerte sobre el flujo de caja y por consiguiente sobre el valor de la empresa, ya que no solo deben proyectarse las inversiones en activos fijos, sino también las inversiones en capital de trabajo.
Posteriormente viene la información de los gastos operacionales, en la que se pueden incluir las diversas reestructuraciones administrativas que quizás se contemplen llevar a cabo para mitigar la crisis. Y como último, está el plan de financiación, en el cual deben tenerse en cuenta no solo los intereses sino también los abonos a capital.
En este actual proceso de desaceleración económica, se debe pensar más que nunca, con cifras muy aterrizadas y bastante conservadoras, con el propósito de ser muy realistas y poder implementar estrategias viables y no trabajar sobre sueños o ideales inalcanzables.
Hermann Stangl
Consultor Financiero
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