martes, 11 de marzo de 2008

Cumbre de Río

Luego de una semana de gran incertidumbre y expectativa alrededor de la profunda crisis diplomática con Venezuela y Ecuador, la cual incluso hizo pensar en confrontaciones armadas con nuestros vecinos, llegó gracias a Dios a su fin en la reciente XX Cumbre de Río. Los problemas en las ciudades fronterizas ya estaban generando serios problemas económicos y sociales a sus habitantes, la tensión y temor de los empresarios estaba en aumento, sobre todo cuando se escuchó sobre la posible nacionalización de empresas colombianas en Venezuela y una ruptura de relaciones comerciales.

El fin a esta crisis se dio gracias a los excelentes oficios que se venían adelantando por parte de los funcionarios del gobierno colombiano en los diferentes espacios internacionales, a la gran cantidad de pruebas encontradas durante la operación Fénix que involucran a los presidentes de los gobiernos ecuatoriano y venezolano con la organización narcoterrorista de las FARC, al apoyo manifestado por los Estados Unidos y finalmente al magnífico discurso firme, enérgico y conciliador de nuestro presidente durante la Cumbre de Río, basado como el mismo lo mencionó, en los argumentos y no en los insultos.

Las lecciones para los empresarios colombianos aprendidas durante esta pasada semana de crisis diplomática son evidentes, sobre todo cuando nos encontramos frente a una paz relativa, deben diversificar sus exportaciones hacia países que no muestren simpatía con las posiciones de Chávez, deben prepararse y comprometerse más con el TLC con los Estados Unidos y con otros países como por ejemplo Canadá, ya que éstos propiciarían unos mercados más estables y con un enorme potencial de negocios. Es fundamental continuar mejorando la productividad empresarial y fortalecer más los productos con mayor valor agregado.

Debemos dejar de ser un país exportador básicamente de productos primarios. Somos por ejemplo un país muy fuerte en el tema agrícola, pero débil en agroindustria. La generación de valor para los empresarios y para la economía se basa en los diferentes procesos de la cadena de valor de los bienes o servicios ofrecidos, por lo tanto entre mas extensa sea esta cadena, mayor será el número de procesos, mayor será también el valor agregado a cada proceso, de esta manera existirán mas fuentes de empleo y por consiguiente mayor riqueza para la comunidad empresarial y mayor bienestar económico para la población.

Hermann Stangl
Consultor Financiero
hstangl@gerencialatina.com

miércoles, 5 de marzo de 2008

Operación Fénix

La operación Fénix, mediante la cual se logró dar de baja a alias Raúl Reyes, es sin lugar a dudas el mayor golpe propinado a esta organización narcoterrorista en la reciente historia colombiana. La estructura de esta siniestra organización quedó fuertemente fracturada y su gente desmoralizada. Es un hecho digno de orgullo, admiración y apoyo hacia nuestras fuerzas militares, el cual genera mayor confianza por parte de los empresarios y la comunidad nacional e internacional en la política de seguridad del gobierno.

La actual coyuntura económica colombiana ya era bastante compleja de analizar antes de este importante hecho, existían de hecho ya variables como la crisis o desaceleración norteamericana, la disminución de la tasa de interés en USA, el incremento de las tasas de interés domésticas, la posible firma del TLC y la crisis política con Venezuela, que complicaban realizar unas proyecciones certeras a mediano y largo plazo.

Pienso que este contundente golpe militar tiene más efectos positivos que negativos para la comunidad empresarial. Lo positivo es que mejoran los niveles de confianza, por lo tanto debe aumentar la inversión, bajar el riesgo país y mejorar el valor de las empresas. El único punto negativo es la generación de una mayor tensión política con los países que apoyan las posiciones fuera de contexto de Hugo Chávez. El presidente ecuatoriano además de retirar su embajador y de tildar al gobierno colombiano de traidor, manifestó que se violó la soberanía de su país, que la operación militar fue una situación extremadamente grave e inaceptable, incluso se atrevió a comentar que fue una masacre. Chávez, ni se diga, mandó a cerrar su embajada en Bogotá, ordenó enviar diez batallones a la frontera con Colombia y ofreció públicamente su apoyo incondicional a Ecuador para lo que sea.

Estos vientos de guerra preocupan a cualquiera, pero pienso que es una situación que ya se veía venir. Para Venezuela y Ecuador no es conveniente romper relaciones con Colombia, ni mucho menos pensar en guerras. A Venezuela se le complicaría mucho el abastecimiento de alimentos y la energía que se utiliza en Ecuador proviene en gran medida de Colombia. Los empresarios colombianos deben continuar confiando en su país, fortaleciendo su competitividad y priorizando la búsqueda de relaciones comerciales con países que no muestren simpatía por las absurdas ideas de Chávez.

Hermann Stangl
Consultor Financiero
hstangl@gerencialatina.com