Luego de una semana de gran incertidumbre y expectativa alrededor de la profunda crisis diplomática con Venezuela y Ecuador, la cual incluso hizo pensar en confrontaciones armadas con nuestros vecinos, llegó gracias a Dios a su fin en la reciente XX Cumbre de Río. Los problemas en las ciudades fronterizas ya estaban generando serios problemas económicos y sociales a sus habitantes, la tensión y temor de los empresarios estaba en aumento, sobre todo cuando se escuchó sobre la posible nacionalización de empresas colombianas en Venezuela y una ruptura de relaciones comerciales.
El fin a esta crisis se dio gracias a los excelentes oficios que se venían adelantando por parte de los funcionarios del gobierno colombiano en los diferentes espacios internacionales, a la gran cantidad de pruebas encontradas durante la operación Fénix que involucran a los presidentes de los gobiernos ecuatoriano y venezolano con la organización narcoterrorista de las FARC, al apoyo manifestado por los Estados Unidos y finalmente al magnífico discurso firme, enérgico y conciliador de nuestro presidente durante la Cumbre de Río, basado como el mismo lo mencionó, en los argumentos y no en los insultos.
Las lecciones para los empresarios colombianos aprendidas durante esta pasada semana de crisis diplomática son evidentes, sobre todo cuando nos encontramos frente a una paz relativa, deben diversificar sus exportaciones hacia países que no muestren simpatía con las posiciones de Chávez, deben prepararse y comprometerse más con el TLC con los Estados Unidos y con otros países como por ejemplo Canadá, ya que éstos propiciarían unos mercados más estables y con un enorme potencial de negocios. Es fundamental continuar mejorando la productividad empresarial y fortalecer más los productos con mayor valor agregado.
Debemos dejar de ser un país exportador básicamente de productos primarios. Somos por ejemplo un país muy fuerte en el tema agrícola, pero débil en agroindustria. La generación de valor para los empresarios y para la economía se basa en los diferentes procesos de la cadena de valor de los bienes o servicios ofrecidos, por lo tanto entre mas extensa sea esta cadena, mayor será el número de procesos, mayor será también el valor agregado a cada proceso, de esta manera existirán mas fuentes de empleo y por consiguiente mayor riqueza para la comunidad empresarial y mayor bienestar económico para la población.
Hermann Stangl
Consultor Financiero
hstangl@gerencialatina.com
martes, 11 de marzo de 2008
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