miércoles, 5 de marzo de 2008

Operación Fénix

La operación Fénix, mediante la cual se logró dar de baja a alias Raúl Reyes, es sin lugar a dudas el mayor golpe propinado a esta organización narcoterrorista en la reciente historia colombiana. La estructura de esta siniestra organización quedó fuertemente fracturada y su gente desmoralizada. Es un hecho digno de orgullo, admiración y apoyo hacia nuestras fuerzas militares, el cual genera mayor confianza por parte de los empresarios y la comunidad nacional e internacional en la política de seguridad del gobierno.

La actual coyuntura económica colombiana ya era bastante compleja de analizar antes de este importante hecho, existían de hecho ya variables como la crisis o desaceleración norteamericana, la disminución de la tasa de interés en USA, el incremento de las tasas de interés domésticas, la posible firma del TLC y la crisis política con Venezuela, que complicaban realizar unas proyecciones certeras a mediano y largo plazo.

Pienso que este contundente golpe militar tiene más efectos positivos que negativos para la comunidad empresarial. Lo positivo es que mejoran los niveles de confianza, por lo tanto debe aumentar la inversión, bajar el riesgo país y mejorar el valor de las empresas. El único punto negativo es la generación de una mayor tensión política con los países que apoyan las posiciones fuera de contexto de Hugo Chávez. El presidente ecuatoriano además de retirar su embajador y de tildar al gobierno colombiano de traidor, manifestó que se violó la soberanía de su país, que la operación militar fue una situación extremadamente grave e inaceptable, incluso se atrevió a comentar que fue una masacre. Chávez, ni se diga, mandó a cerrar su embajada en Bogotá, ordenó enviar diez batallones a la frontera con Colombia y ofreció públicamente su apoyo incondicional a Ecuador para lo que sea.

Estos vientos de guerra preocupan a cualquiera, pero pienso que es una situación que ya se veía venir. Para Venezuela y Ecuador no es conveniente romper relaciones con Colombia, ni mucho menos pensar en guerras. A Venezuela se le complicaría mucho el abastecimiento de alimentos y la energía que se utiliza en Ecuador proviene en gran medida de Colombia. Los empresarios colombianos deben continuar confiando en su país, fortaleciendo su competitividad y priorizando la búsqueda de relaciones comerciales con países que no muestren simpatía por las absurdas ideas de Chávez.

Hermann Stangl
Consultor Financiero
hstangl@gerencialatina.com

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