martes, 3 de junio de 2008

El negocio de la Moda.

Los crecimientos de la economía colombiana presentados durante los dos últimos años han sido excelentes. Incluso la cifra del 2007, con un crecimiento del 7,5% fue una cifra que nadie esperaba, sobre todo porque se creía que el punto de quiebre era el 2006 y que la economía no podía crecer por encima del 6,8%. A pesar de las adversidades que estamos viviendo este año, como son la revaluación, el incremento de la tasa de interés y ahora el problema de la parapolítica, continuamos viendo que la economía continua robusteciéndose.

En el sector de las confecciones ingresaron al país durante los dos años pasados marcas de talla mundial como Mango, Zara y Falabella, y se tiene previsto el ingreso de otras mas para el presente año. Esta situación está afectando fuertemente a los empresarios de la confección colombianos, debido a que estas empresas internacionales que están ingresando cuentan con marcas bien posicionadas, poseen un fuerte músculo financiero, están a la vanguardia en las últimas tendencias de la moda y además contratan su producción en países asiáticos con un costo de mano de obra inferior al nuestro.

Se avecina entonces una dura competencia en el sector de las confecciones, por lo tanto es imprescindible que los empresarios de la moda colombianos se tomen una pausa para analizar financieramente sus empresas con el propósito de detectar sus verdaderas fortalezas y debilidades, y de esta manera poder desarrollar los planes de acción correctos e incluir propuestas de valor agregado que propendan por garantizar la viabilidad de sus negocios en el largo plazo.

Es importante mejorar la estructura de costos y logística con el propósito de obtener precios más competitivos. Normalmente en las empresas de confecciones el problema que mas las afecta financieramente son las altas inversiones en capital de trabajo que realizan, concretamente en inventarios y cartera. Esto explica porque el común denominador de este tipo de empresas muestra utilidades en sus estados financieros y simultáneamente se ven obligadas a recurrir permanentemente a nuevos créditos.

Si bien es cierto que todo este proceso de globalización beneficia directamente al consumidor, no podemos apartarnos de que pone en serios aprietos a los empresarios colombianos, los cuales deben ser cada vez más analíticos y desarrollar metodologías que les permita evaluar permanente sus resultados de manera integral.

Hermann Stangl
Consultor Financiero

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