Para entender bien el problema del paro camionero, hay que explicar que el negocio del transporte en Colombia es una triada entre tres agentes. En primer lugar están los generadores de la carga o las industrias, quienes deben movilizar sus mercancías y pactan unos fletes con el segundo agente, que son las empresas de transporte, quienes deben proporcionar toda la logística necesaria para el manejo de la carga, entregar unos anticipos a los transportadores y financiar una cartera con la industria. Y en tercer lugar están los camioneros, quienes son los propietarios de los vehículos e interactúan directamente con las empresas de transporte.
Los fletes que paga la industria deben fijarse de acuerdo con unos valores que sean suficientes para cubrir los actuales precios de la canasta de insumos del transporte y un margen de intermediación para la empresa, el cual en la actualidad parece ser insuficiente para cubrir los gastos financieros y de logística. Obviamente debe quedar también un margen de utilidad para el propietario del equipo de transporte, quien en estos momentos dice estar trabajando a pérdida.
La situación es muy compleja, porque debe darse una conciliación que satisfaga las expectativas económicas de los tres agentes involucrados y desafortunadamente el ministerio de transporte está acostumbrado a legislar a la luz de los paros, lo cual por motivo de todas las presiones y las limitaciones de tiempo no es lo más recomendable.
Otro problema serio es que el parque de vehículos de transporte que rueda actualmente por Colombia ha crecido significativamente en los últimos años, gracias al ingreso de importantes recursos económicos que buscan en el transporte una fuente de negocio, y a los beneficios tributarios que venía ofreciendo la figura del leasing. Esto ha incrementado la oferta de transporte y consecuentemente presiona a la disminución de los fletes. Es necesaria mayor intervención del gobierno para reglamentar el ingreso de nuevos vehículos.
Desafortunadamente los más perjudicados de este paro camionero serán los consumidores, quienes gracias al desabastecimiento de alimentos que se está generando, tendrán que pagar mayores precios por los mismos, presionando al alza la inflación de este mes. Ojala que al Banco de la República, no se le ocurra el próximo mes continuar aumentando las tasas de interés para contrarrestar la inflación generada por esta situación netamente coyuntural.
Hermann Stangl
Consultor Financiero
www.gerencialatina.com
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