Si bien es cierto, como lo mencioné en mi columna anterior, que el gobierno debe ser responsable de generar confianza a los inversionistas, de mejorar las condiciones institucionales y jurídicas, al igual que de mejorar la infraestructura vial y de puertos, tenemos que ser concientes que los responsables de propender por el desarrollo empresarial y la generación de riqueza, tienen que ser definitivamente los empresarios.
Por tal razón, la variable mas importante sobre la cual tenemos que trabajar y focalizar todos nuestros esfuerzos, es el “Espíritu Emprendedor”, el cual permite detectar oportunidades donde los demás solo ven dificultades. Se requiere una dosis importante de audacia, innovación, creatividad, entusiasmo, decisión, inversiones estratégicas de capital en algunos casos, y sobre todo, búsqueda de nuevas posibilidades de negocios y confianza en nosotros mismos.
Los empresarios son el motor de desarrollo y bienestar económico y social para cualquier sociedad, por lo tanto deben adoptar una mentalidad más integral y de largo plazo. Esto no significa que la generación de riqueza no sea la razón de ser de los negocios, pero nunca debemos apartarnos del importante compromiso social, de la generación de empleo, de la educación, la vivienda y la salud, por citar algunos ejemplos. El ser más integrales, para de esta manera garantizar nuestra viabilidad financiera y crecimiento sostenible en el largo plazo, nos obliga a generar también valor a todos nuestros relacionados, clientes, proveedores, colaboradores, distribuidores y comunidad en general.
Para propiciar este cambio, debemos de revisar todo nuestro proceso de formación, en el cual es actor definitivo el modelo educativo, el cual debe preocuparse mas por forjar empresarios y no tanto por preparar empleados. Las instituciones educativas deberían trabajar más en la parte formativa de valores de sus estudiantes, como la honestidad, la puntualidad, el respeto, la religión, la ética y la disciplina, a cambio de obsesionarse en tener en sus estadísticas los mejores resultados en exámenes como el Icfes y los Ecaes.
El “Espíritu Emprendedor” solo lo conseguiremos a partir de un cambio radical de actitud hacia la vida misma, de lo cual el mundo empresarial está lleno de ejemplos. Basta con mirar como inmigrantes que llegaron a nuestro país varias décadas atrás, sin ningún tipo de recurso económico, afrontando con ingenio y perseverancia grandes dificultades, son ahora importantes y reconocidos empresarios.
Hermann Stangl
Consultor Financiero
www.gerencialatina.com
Por tal razón, la variable mas importante sobre la cual tenemos que trabajar y focalizar todos nuestros esfuerzos, es el “Espíritu Emprendedor”, el cual permite detectar oportunidades donde los demás solo ven dificultades. Se requiere una dosis importante de audacia, innovación, creatividad, entusiasmo, decisión, inversiones estratégicas de capital en algunos casos, y sobre todo, búsqueda de nuevas posibilidades de negocios y confianza en nosotros mismos.
Los empresarios son el motor de desarrollo y bienestar económico y social para cualquier sociedad, por lo tanto deben adoptar una mentalidad más integral y de largo plazo. Esto no significa que la generación de riqueza no sea la razón de ser de los negocios, pero nunca debemos apartarnos del importante compromiso social, de la generación de empleo, de la educación, la vivienda y la salud, por citar algunos ejemplos. El ser más integrales, para de esta manera garantizar nuestra viabilidad financiera y crecimiento sostenible en el largo plazo, nos obliga a generar también valor a todos nuestros relacionados, clientes, proveedores, colaboradores, distribuidores y comunidad en general.
Para propiciar este cambio, debemos de revisar todo nuestro proceso de formación, en el cual es actor definitivo el modelo educativo, el cual debe preocuparse mas por forjar empresarios y no tanto por preparar empleados. Las instituciones educativas deberían trabajar más en la parte formativa de valores de sus estudiantes, como la honestidad, la puntualidad, el respeto, la religión, la ética y la disciplina, a cambio de obsesionarse en tener en sus estadísticas los mejores resultados en exámenes como el Icfes y los Ecaes.
El “Espíritu Emprendedor” solo lo conseguiremos a partir de un cambio radical de actitud hacia la vida misma, de lo cual el mundo empresarial está lleno de ejemplos. Basta con mirar como inmigrantes que llegaron a nuestro país varias décadas atrás, sin ningún tipo de recurso económico, afrontando con ingenio y perseverancia grandes dificultades, son ahora importantes y reconocidos empresarios.
Hermann Stangl
Consultor Financiero
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