viernes, 21 de noviembre de 2008

Pirámides Maquiavélicas.

Como “crónica de una muerte anunciada” nos encontramos ahora frente al penoso y esperado derrumbe de estas pirámides, las cuales proliferaron de una manera impresionante durante los últimos meses, vendiendo inicialmente sueños e ilusiones a incautas personas que esperaban rentabilidades exorbitantes, y generando ahora en ellas el más profundo sentimiento de ira y dolor, ante la impotencia de ver como se desvanecen sus dineros y para muchos, sus ahorros de toda una vida. Es increíble ver como en varios municipios se tuvo que llegar hasta el uso de la figura del toque de queda, para lograr ubicar a todos pobladores en sus hogares y así poder evacuar a los empleados y colaboradores que se encontraban en las sedes de estas captadoras.

Fueron básicamente tres los factores determinantes que propiciaron el auge de este “maquiavélico fenómeno” de las pirámides. El primero de ellos fue la crisis económica que se está viviendo, que propicia a las personas a buscar en este tipo de alternativas una fuente alterna de ingresos. Como segundo factor podemos mencionar la indiscutible falta de control por parte del estado, quien recién tomó cartas en el asunto, solo hasta el momento en que colapso este fraudulento sistema de captación. Y en tercer lugar, no podemos ignorar el exagerado nivel de ingenuidad de las personas, quienes se dejan seducir frente a este tipo de ofertas tan tentadoras. Ingenuidad y capacidad de olvido, porque en años anteriores ya hemos vivido fenómenos parecidos, pero con nombres diferentes y de menores proporciones.

El efecto de esta estafa de gigantescas proporciones no recae solo sobre los incautos inversionistas, personas que con el fin de conseguir el dinero para la “inversión”, tomaron créditos hipotecando sus casas, otros sencillamente las vendieron, e incluso una gran cantidad de negociantes y empresarios liquidaron y salieron de sus activos operacionales. Los damnificados no viven juntos y aislados dentro de una burbuja, ellos se relacionan con el resto del aparato económico del país, por tal motivo el efecto negativo lo sentirá toda la economía colombiana, obviamente con mayor incidencia en el sur, región donde tuvo sus orígenes este fenómeno y por consiguiente alcanzó a generar los mayores estragos.

Ojalá que las personas entiendan que todavía no se han inventando, ni lo harán, la forma de ganar dinero sin trabajar honestamente.


Hermann Stangl
Consultor Financiero
www.gerencialatina.com

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