Reflexionar sobre los desaciertos del año que terminó y fijar propósitos para este nuevo año que acaba de iniciar, es una costumbre no solo de las personas sino también de las empresas. Así como es fundamental que todos los individuos tengamos claro nuestro proyecto de vida, es imprescindible que las organizaciones tengan total claridad sobre su proyecto de empresa. Las personas tenemos sueños o ideales, las empresas deben tener una visión muy clara de lo que quieren llegar a ser, para así poder alinear estratégicamente sus valores o principios, misión y metas con sus estrategias.
La globalización continúa avanzando rápidamente, por lo tanto la competitividad basada en excelentes prácticas gerenciales, se convierte en una variable cada vez más importante para todos los empresarios. No podemos continuar esperanzados en ser competitivos gracias al tipo de cambio, de hecho los últimos años no ha sido así y muy seguramente el dólar mantendrá el mismo comportamiento reciente durante el 2008.
El propósito de cambio para este nuevo año debe surgir del interior de cada empresario. Las empresas son entes económicos diseñados para generar en primera instancia beneficios económicos, lo cual está totalmente claro y es la razón de ser de toda empresa, pero ésta debe permitirle también a cada empresario realizarse en su plano espiritual, familiar, intelectual y comunitario. Por lo tanto, sería muy interesante que todos los líderes empresariales tuvieran dentro de sus propósitos para este nuevo año el comprometerse a ser mejores seres humanos, ya que éstos con su carácter y ejemplo, son los responsables de forjar la cultura empresarial y los valores de sus organizaciones.
Otro propósito empresarial bien importante debe ser el poder contar con un excelente equipo humano, personas honestas, serias, responsables, bien preparadas y por supuesto con una atractiva remuneración sobre resultados, a lo cual se puede llegar fácilmente por medio de la implementación de modelos de gerencia de valor, los cuales remuneran a los colaboradores de acuerdo con el valor económico que cada uno agrega a la empresa. Esto nos lleva a un último propósito, mejorar la gestión financiera, las decisiones estratégicas importantes deben tomarse de acuerdo al impacto que éstas generen sobre el valor real de las empresas. Recordemos que vender más y tener un mayor número de activos no es sinónimo de valer más.
Hermann Stangl
Consultor Financiero
hstangl@gerencialatina.com
La globalización continúa avanzando rápidamente, por lo tanto la competitividad basada en excelentes prácticas gerenciales, se convierte en una variable cada vez más importante para todos los empresarios. No podemos continuar esperanzados en ser competitivos gracias al tipo de cambio, de hecho los últimos años no ha sido así y muy seguramente el dólar mantendrá el mismo comportamiento reciente durante el 2008.
El propósito de cambio para este nuevo año debe surgir del interior de cada empresario. Las empresas son entes económicos diseñados para generar en primera instancia beneficios económicos, lo cual está totalmente claro y es la razón de ser de toda empresa, pero ésta debe permitirle también a cada empresario realizarse en su plano espiritual, familiar, intelectual y comunitario. Por lo tanto, sería muy interesante que todos los líderes empresariales tuvieran dentro de sus propósitos para este nuevo año el comprometerse a ser mejores seres humanos, ya que éstos con su carácter y ejemplo, son los responsables de forjar la cultura empresarial y los valores de sus organizaciones.
Otro propósito empresarial bien importante debe ser el poder contar con un excelente equipo humano, personas honestas, serias, responsables, bien preparadas y por supuesto con una atractiva remuneración sobre resultados, a lo cual se puede llegar fácilmente por medio de la implementación de modelos de gerencia de valor, los cuales remuneran a los colaboradores de acuerdo con el valor económico que cada uno agrega a la empresa. Esto nos lleva a un último propósito, mejorar la gestión financiera, las decisiones estratégicas importantes deben tomarse de acuerdo al impacto que éstas generen sobre el valor real de las empresas. Recordemos que vender más y tener un mayor número de activos no es sinónimo de valer más.
Hermann Stangl
Consultor Financiero
hstangl@gerencialatina.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario