Realmente no me sorprendió la noticia de congelar indefinidamente el proyecto del TLC con Colombia por parte del congreso de los EEUU, lo que quizás me llamó la atención fue la rapidez en la toma de esta decisión, pero en el fondo me parece mejor que se hubiera dado de esta manera, a prolongar una expectativa de algo que lo más probable no se fuera a concretar. Así los empresarios colombianos sabemos a que atenernos y podemos tomar acciones inmediatas.
Soy un convencido de las bondades que para la economía de nuestro país tiene un TLC con los EEUU, pero recordemos un conocido refrán: “no hay mal que por bien no venga”. En estos momentos hay una incontrolable caída del precio del dólar, la divisa norteamericana se cotizó en los últimos días por debajo de los $1.800, situación motivada por el incremento del precio del petróleo y por el diferencial existente entre las tasas de interés de las dos naciones. Un TLC es favorable para un país en la medida en que éste pueda aumentar la colocación de productos en el exterior, y con un dólar tan deprimido como el actual, esta tarea no sería ahora nada fácil para los empresarios colombianos.
Es cierto que las exportaciones son motor clave para el desarrollo, ya que cuando las empresas logran exportar y así vender más, necesariamente van a requerir mayor mano de obra y el desempleo tiende a disminuir, trayendo consigo infinidad de beneficios económicos y sociales. Pero también es cierto que la actual revaluación del peso beneficia las importaciones y perjudica las exportaciones.
Por otro lado, las condiciones de tasas de interés domésticas no son ahora las mejores, lo cual se convierte en una dificultad para que los empresarios apalanquen bajo condiciones crediticias favorables proyectos encaminados a aumentar sus exportaciones.
Y por último, antes de pensar en un TLC, tenemos que pensar en convertirnos en un país transformador de materias primas, ya que en el proceso de la transformación de los insumos es donde se requiere mano de obra y donde mayor valor agregado se genera para los empresarios y para el país. Lo ideal es generar valor en Colombia, para el beneficio nuestro, y no exportar la materia prima y que el valor agregado lo generen en otros países.
Hermann Stangl
Consultor Financiero
hstangl@gerencialatina.com
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